Porque vivir en Zaragoza es absolutamente maravilloso
Si deseas mudarte a Zaragoza, presta atención a todo lo que puede brindarle. Vivir en Zaragoza puede ser lo mejor que decidas hacer en tu vida. La vida en Zaragoza
Hoy queremos darte algunas razones para convencerte de que Zaragoza es una de las mejores ciudades de nuestro país. Nota: ¡No te pierdas nada, porque te vas a enamorar!
Nuestro río: el Ebro
El Ebro es uno de los símbolos maños más reconocibles. Símbolo de movimiento y transformación, sus aguas surcan a su paso distintas zonas de la ciudad, incluida nuestra querida basílica, asentada en su orilla. Gracias a las obras realizadas con motivo de la Exposición de 2008, sus riberas han sido cuidadosamente renovadas como zonas verdes por las que realizar hermosos paseos a pie o en bicicleta. Es el encanto de un río milenario que nos ha traído riqueza y una arquitectura de puentes de dispersos estilos que salpica la ciudad confiriéndole una personalidad propia.
La Catedral-Basílica de Nuestra Señora del Pilar
Nuestro templo más emblemático, primero mariano de la cristiandad, posee una magestuosidad difícilmente alcanzable, con sus cúpulas en coloridas tejas vidriadas, sus pinturas de Goya y su exterior de ladrillo aragonés. No en vano se trata de uno de los 12 Tesoros de España. Se puede contemplar en todo su esplendor desde el otro lado del Ebro, pero el recorrido por la calle Alfonso con la basílica como destino es realmente espectacular.
Ruinas romanas, una herencia plagada de huellas
Son muchísimos los restos romanos que pueblan nuestra ciudad, tanto en su superficie como bajo ella, y son numerosos los museos, centros de interpretación y puntos de visita inleludibles. De hecho, se ha establecido una ruta romana con cuatro puntos básicos:
·El Puerto Fluvial
·El Foro
·Las Termas
·El Teatro
No os la perdáis si queréis conocer es interesante parte de nuestra historia.
La Aljafería
También la arquitectura islámica hispana ha dejado huella en nuestra ciudad. Gracias a sus elementos ornamentales, tales como los arcos mixtilíneos, el ataurique calado o las yeserías geométricas y/o de carácter vegetal, el Palacio de la Aljafería fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2001. Además, el peso político del edificio hoy en día, con las Cortes de Aragón asentadas entre sus muros, hacen del mismo todo un icono Aragonés.
El Tubo, centro neurálgico de la gastronomía zaragozana
Son diversas las zonas de gastronomía disponibles en la ciudad, pero sin duda la más emblemática es El Tubo, situado en el casco histórico de la ciudad. Sus intrincadas callejuelas acogen bares y tabernas de lo más variopinto, con una excelsa oferta de tapas, raciones y platos asentados en la gastronomía aragonesa, que se sustenta con orgullo sobre productos tan nuestros como el ternasco o la borraja. Además, la zona está rodeada de pubs o bares de copas con distintos estilos musicales y cada vez más especializados en cockteils de todo tipo.
Los Pirineos, un destino de ensueño a tiro de piedra
A menos de 2 horas en coche desde nuestra capital, podemos disfrutar de parajes inigualables en Los Pirineos. Con una enorme oferta de ocio (trekking, mountain bike, escalada, montañismo, canotaje, kayak, rafting, esquí), la cordillera pirenáica posee algunos de los picos más altos de la península y el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Además, pueblos como Aínsa o Benasque son auténticas maravillas, y Canfranc con su antigua estación es de visita obligada.
Ampliamos con ¿Por qué vivir en Zaragoza? Parte 2.
Tras nuestro anterior artículo sobre las maravillas que ofrece Zaragoza, es posible que todavía quede algún excéptico. Pues bien, con los inigualables atractivos que te traemos hoy, se disiparán todas vuestras dudas. ¡Empezamos!
La Catedral del Salvador, más conocida como la SEO
Zaragoza es una de las 6 ciudades españolas en las que conviven dos catedrales, algo que la hace especial. Si la Basílica del Pilar es impresionante por su magestuosidad, la Catedral de la SEO no lo es menos por su torre-campanario barroca, por su Muro de la Parroquieta trabajado en las clásicas retículas geométricas del mudéjar aragonés, o por el conocidísimo Arco del Deán, que conectaba la casa del prior con la casa del deán al otro lado de la calle.
Su interior no es menos reseñable, pues además del retablo mayor, obra cumbre de la escultura gótica europea con sus 16 metros de altura por 10 de anchura, a lo largo de sus 5 naves y 6 tramos podemos contemplar nada menos que 18 capillas, todas ellas con una decoración escultural y pictórica apabullante.
Como valor añadido, en las dependencias anexas a la catedral se puede visitar el Museo de Tapices, con piezas de la mejor artesanía datadas en el siglo XV.
El Parque Jose Antonio Labordeta
Inaugurado en1929 a las afueras del núcleo urbano, con el crecimiento de la ciudad pasó a formar parte del interior de Zaragoza. Hasta la construcción en 2008 del Parque del Agua Luis Buñuel, fue el principal pulmón de la urbe, con más de 400.000 metros cuadrados.
Sus principales atractivos son:
-El puente de los Cantautores, acceso principal del Parque.
-El monumento al Rey Anfonso I El Batallador, situado en el lugar más elevado y visible desde el exterior.
-El Jardín Botánico, con una amplia diversidad de flora.
-El Quiosco de la Música, de estilo modernista.
-La Fuente de la Princesa, primera instalada en Zaragoza a principios del siglo XIX.
No puedes perderte un paseo en bicicleta por toda su extensión, ¡es la mejor manera de disfrutarlo!
La Ciudad Universitaria
A pesar de que arquitectónicamente sus edificios se concibieron dentro de un racionalismo que respondía principalmente a la funcionalidad, la Ciudad Universitaria de Zaragoza está imbuida de un ambiente jóven nada desdeñable. Aledaña a la Plaza San Francisco, lugar de peregrinación de jóvenes de nuestra ciudad y alrededores, su monumental pórtico de acceso sirve como entrada a un espacio en el que tanto los numerosos bares como las zonas verdes que conforman y rodean el campus dan lugar al debate y al intercambio cultural.
La Plaza del Pilar
Como no podía ser de otra manera, es una de las zonas más visitadas de la ciudad, y la más concurrida durante las míticas Fiestas del Pilar. Tras su última reforma en 1989, sus principales características son sus suelos de granito y las torres metálicas que la proveen de iluminación. A lo largo de su abrumadora extensión se encuentran no sólo las dos catedrales de la ciudad, sino también lugares tan emblemáticos como la Lonja o el Ayuntamiento. Mención especial merecen el Monumento a Goya y la Fuente de la Hispanidad, cuya figura forma el mapa de Latinoamérica.
El Museo Pablo Serrano
Oficialmente, se trata del Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos, pero popularmente se conoce como el Museo Pablo Serrano, pues recoge las obras informalistas que el escultor aragonés realizó durante la década de los 50. Además, incluye en sus colecciones piezas de arte que van desde el arte gráfico contemporáneo hasta el expresionismo alemán o el art brut, con destacadas figuras históricamente reseñables: Picasso, Miró, Calder, Le Corbusier, Warhol o Tàpies.
Como colofón, la reforma del edificio inaugurado en 2011 nos obsequió con una preciosa terraza en la que además podrás degustar la cocina del autor del restaurante Quema, una de las propuestas más vanguardistas de nuestra ciudad.
El Monasterio de Piedra
Y para rematar este muestrario de bondades, no puede faltar la cercanía de un lugar tan espectacular como el Monasterio de Piedra, situado a tan solo 90 km de Zaragoza. Si el propio Monasterio es digno de ser visitado, qué decir del Parque Natural que lo rodea. A lo largo del cauce del río Piedra se despliegan una sucesión de cascadas y senderos que nos llevan por un recorrido de unos 5 km repleto de paisajes de belleza inigualable con una flora y fauna envidiable.
Como todavía nos quedan muchos más aspectos destacables de nuestra cuidad, cuando menos lo esperéis volveremos con una nueva entrega de nuestra sección Por qué vivir en Zaragoza es absolutamente maravilloso. Hasta entonces, ¡no dejéis de disfrutar de nuestro gran patrimonio!